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“Milei está destruyendo al cine y a la cultura”

Celina Murga es una de las directoras más importantes del cine argentino. Ha trabajado con Martín Scorsese, quien, además, es productor de “El aroma del pasto recién cortado”, su última cinta. Fue una de las invitadas del Festival de Cine de Lima.

Publicado: 2024-08-18

Celina Murga es una de las mejores y más respetadas directoras del cine argentino. Sus dos primeras películas, “Ana y los otros” (2003) y “Una semana solos” (2008), se estrenaron en el Festival de Venecia. En 2009, fue seleccionada por Martin Scorsese para formar parte de la Iniciativa Artística Rolex and Protégé. “La tercera orilla” (2014), la cinta que filmó después de esa pasantía, se estrenó en el Festival de Berlín.

Diez años después volvió a trabajar con el estupendo director estadounidense, quien es productor ejecutivo de su última cinta “El aroma del pasto recién cortado”, que ganó el Premio a Mejor Guion del Festival de Tribeca. Estuvo en nuestro país como una de las invitadas estelares del Festival de Cine de Lima organizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). En esta entrevista hablamos sobre los difíciles momentos que vive el cine argentino desde la llegada de Javier Milei al poder, con una pequeña introducción al filme que presentó en Lima.

“’El aroma del pasto recién cortado’ surge en 2017, cuando, en Argentina, el movimiento feminista estaba en auge a raíz de nuestra lucha por la ley que legalizaba el aborto. Sin embargo, también aparecía un discurso un tanto sesgado que decía “los hombres son malos por ser hombres, y las mujeres somos buenas por ser mujeres”. Entonces, mi intención fue poner en tela de juicio una afirmación así. Por eso, surgió la idea de poner en la cinta a dos personajes viviendo una situación similar, para que el espectador reflexionase respecto de los roles sociales y culturales atribuidos a hombres y mujeres. El desafío del guion estuvo en que queríamos hablar de los géneros, pero no desde del estereotipo, echar luz sobre las diferencias de género, pero poniendo de manifiesto que tanto hombres y mujeres hacen cosas buenas y cosas malas independientemente de su género. No todas las mujeres somos heroínas, muchas veces respondemos a una idea de ser mujer que proviene del machismo, y eso es parte de lo que la cinta quiere mostrar. Hoy que ha empezado a rodar por el mundo, me da gusto comprobar que en ella el espectador se siente interpelado, y que se da cuenta de que la cinta no juzga a sus personajes, sino que es él quién lo hace, y lo hace desde sus creencias, desde sus sesgos, desde su género. El cine sirve para arrojar sobre la mesa temas que muestren cómo la sociedad se comporta frente a ellos en un momento histórico determinado”, nos dice Murga antes de meternos en temas de cine, política y cultura.


¿La llegada al poder de Milei está afectando al cine argentino?
Sí. Argentina ha sido punta de lanza del cine latinoamericano, siempre ha estado presente en todos los festivales, en los más prestigiosos que existen y ha ganado todos los palmareses, pero todo esto puede cambiar por la llegada al poder de Milei. Pertenezco a una generación que empezó a filmar a la Ley de Cine que se promulgó en los años 90.
En pleno gobierno de Menem, un presidente de derecha…
De derecha, sí. Resultó una buena ley a pesar del propio Menem. La promovieron los propios cineastas, uno de los cuales fue Luis Puenzo (ganador del Oscar por su filme “La historia oficial”), quienes se pusieron la ley al hombro, cabildearon y la sacaron adelante. La ley es buena, sí, con debilidades, con errores, pero le hizo bien al cine argentino.
Esa ley subsidia la realización de películas, documentales y más. ¿De dónde saca el Estado argentino ese dinero?
Casi es su totalidad de las entradas de cine. Es decir, cuando una persona paga su entrada, parte de ese dinero se destina a la realización de nuevas películas. Cuando se dice que en Argentina el cine es autárquico, significa que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el organismo que promueve y maneja estos subsidios, es independiente; es decir, que el cine se beneficia de lo que genera genuinamente. El cine argentino no le saca plata nadie como Milei quiere hacerle creer a la gente.
La ley, aunque antigua, sigue vigente…
Sí, y hace falta modificarla, pero allí tenemos un problema: a veces los argentinos nos desgastamos mucho en peleas internas, enredándonos en temas que quizás no son los importantes y, de pronto, aparece este señor (Milei) y nos ataca sin razón alguna. En este tiempo, se abrieron escuelas de cine, se crearon festivales, se crearon premios e incentivos, surgieron publicaciones especializadas y, sobre todo, se hizo mucho cine. Las cintas ganadoras de un Oscar, las que candidatearon al premio, las que ganaron galardones en todos los festivales, todo eso proviene de la ley promulgada en los 90. Además, el cine no solo es un espacio artístico, cultural, identitario y de prestigio, sino que genera también divisas.
En el Perú, un estudio ha demostrado que de cada sol que da el Estado, se genera S/. 1.6, es decir, un retorno del 60%…
Milei y su gente cuestionan la participación del Estado, pero países que, supuestamente ellos admiran, como Francia, Italia, Alemania y toda Europa, apoyan a su cine, financian sus películas, no estamos inventando nada. Además, si uno no tiene financiamiento de su propio país no es posible conseguir, mediante una coproducción, financiamiento de otros países. Es decir, aunque el aporte de nuestros países sea mínimo es indispensable para buscar fondos fuera, para generar una coproducción.
¿En 2024 el cine argentino recibirá menos recursos?
Sí. Milei y su gente trabajan para sus votantes, y estos quieren ver la guadaña, el recorte, el gesto de la destrucción. Comunicacionalmente, es un gobierno que sabe por dónde moverse, qué fibras subalternas mover. Es ese aspecto, quienes conformamos el mundo progre estamos confundidos: la batalla de Twitter y Tik Tok la hemos perdido.
Porque las peleas en redes la ganan los bullangueros, no quienes tienen la razón…
Exacto. Allí pareciese que está prohibido pensar, reflexionar, analizar. Ahora, nos guste o no, es así, por eso estamos tristes, por eso estamos en shock. El INCAA tiene un nuevo presidente, Carlos Pirovano, un señor que no sabe nada de cine, que viene del mundo de la economía, de las finanzas. En las reuniones se ha mostrado muy en la línea de Milei: agresivo e ignorante. Se ufana de no ver cine, de no leer…
¿Cómo alguien así puede presidir el organismo que promueve el cine?
¡Es que vivimos en el mundo de Elon Musk! Es el mundo de los empresarios, de las compañías. Quién te dice que en el futuro no existan más las naciones y sean las empresas que dirijan el mundo.
La ley de cine que se promueve en el Perú pretende establecer una censura previa. ¿En Argentina sucede lo mismo?
En algunos centros culturales del Estado hay censura: hay películas y espectáculos que no se pueden mostrar: no se proyectan más películas que hablen de los desaparecidos, que promuevan o defiendan los derechos humanos, que tengan contenido LGTBIQ+. Otro ejemplo, que hasta suena gracioso por lo delirante: no se puede mostrar nada donde aparezca Lali Espósito, una actriz y cantante argentina que se ha manifestado varias veces en contra de Milei. El gobierno de Milei está destruyendo al cine, está destruyendo a la cultura. Por pura ideología, se quiere aniquilar estos estamentos, porque el cine y la cultura no mueven la gran economía de ningún país. Argentina no es pobre por financiar su cine, por promover la cultura. Esa acusación es ridícula.
Quizás no sea un gran motor económico, pero el cine prestigia…
Pero también genera trabajo y recursos. Mi última película, por ejemplo, es una coproducción gracias a la cual llegó dinero proveniente de Uruguay, Alemania, México y Estados Unidos. Este gobierno dice que promueve la inversión extranjera. Bueno, ¡eso pasa con el cine, traemos dinero de fuera! El INCAA no puede ser un ente sesgado, debe ser independiente y promover todo tipo de películas: de izquierda, de derecha, todas. Hoy hasta extrañamos a Macri (risas).
¿Qué está haciendo el gremio cinematográfico para enfrentar esta situación?
Resistir, esperar, rearmarnos. Veníamos luchando: salimos a la calle, intentamos comunicar nuestra posición, pero existe la sensación de que el aparato comunicativo del gobierno, sus troles, por ejemplo, está siendo muy efectivo en nuestra contra, al punto que hemos perdido credibilidad. Tenemos que resistir y rearmarnos, pero no tenemos un plan. Este año ha sido demoledor y la sensación que tenemos es que solo reaccionaremos si caemos más. Mientras no caigamos más, la gente le sostendrá la mano a este gobierno, sobre todo la clase media. Quizás necesitemos vivir una crisis mayor para que la reacción sea contundente. Argentina es un país muy volátil, en tres meses las cosas pueden cambiar.
Mientras tanto, el cine argentino sigue rodando…
Así es, porque aún se cosecha lo sembrado antes de la llegada de Milei, pero lo más probable es que en 2025 nuestra presencia sea menor, y en 2026, más pequeña aún. Mientras tanto, en 2024, el cine argentino sigue presente los festivales internacionales de cine más importantes. Mi película se estrenó en Tribeca, ganó el premio al Mejor Guion, fue producida por Scorsese. Argentina presentó cintas en Cannes, en Berlín; tendremos una presencia importante en Venecia y en San Sebastian, pero lo que se viene no es auspicioso.
Es decir, ya presientes que rodar tu nueva película será muy complicado…
Yo estoy pensando rodarla en otro país. En el futuro inmediato, filmar en Argentina sería una locura. Reconozco que, en este punto, soy una privilegiada y es importante que lo diga: no todos mis colegas tendrán una oportunidad así. Yo puedo acceder a fondos privados, a financiamiento extranjero, pero desde esa situación de privilegio soy consciente de que se vienen tiempos muy duros para el cine argentino.

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