La Lima más querible y entrañable, esa que resulta única e irrepetible, es la que está frente al mar. De acuerdo, su Centro Histórico es invaluable y, por ello, conocerlo resulta indispensable y todo un ejercicio de conocimiento. Sin embargo, el lugar que convoca a nuestro espíritu, a nuestra sensibilidad, a nuestros instintos primarios, es el mar. Lo saben bien los viajeros foráneos: pasear por la bahía limeña nos conducirá, sin duda, hacia el amor a primera brisa.
Por eso, nos gusta pasear por Miraflores, por sus callecitas y avenidas, pero, sobre todo, por su malecón, ese que mira al mar y que genera nostalgia y melancolía, algunos versos y prosas encendidas, pasiones y afectos. Y todo esto necesita un hogar, un lugar que le dé cobijo. Felizmente, Miraflores cuenta con espacios a la altura de los sentimientos que genera. Uno de ellos es el novísimo AC Hotel Lima Miraflores by Marriott .
- el pacífico limeño, esa belleza
Imagínese usted en una de las terrazas más acogedoras de Lima, una ubicada en el piso 18 de un nuevo edificio desde donde es posible observar toda la majestuosidad del Océano Pacífico con sus particularidades limeñas: una hermosa bahía, acantilados verdes y desérticos y una isla, San Lorenzo, mítica y cercana.
Pues ese ejercicio de imaginación puede convertirse en realidad si visita el AC Marriott, un hotel ubicado frente al malecón de Miraflores desde el que se tiene, sino la mejor, una de las mejores vistas del litoral limeño.
AC es una cadena de origen español que pertenece a la cadena Marriott. Por ello, no en vano allí mandan, entre otras cosas, el gin y las tapas ibéricas. Sus hoteles están en todo el mundo y el de Lima fue el primero que se inauguró en América Latina (hoy también hay uno en Santiago de Chile). Abrió el 1 de abril del 2019 y, por su precisa ubicación, se convirtió de inmediato en uno de los preferidos de los viajeros que a esta coronada ciudad llegaban.
El lugar tiene 150 habitaciones (75 de ellas con vista al mar), 18 pisos, cinco estrellas y dos restaurantes, Insumo, que se luce en la terraza, y Saladero, especializado en cocina peruana.
- armonía y elegancia
Gisella Ochoa, su Room Division Manager, dice que la ocupación del AC Marriott llegaba al 80% y que sus proyecciones para el 2020 bordeaban el 100% (así de exitosos eran), pero vino la pandemia y todos sus planes cambiaron. “No nos dejamos derrotar. Creamos una ‘tarifa solidaria’ para acoger, primero, a muchos de los peruanos repatriados, aquellos a quienes la pandemia los encontró fuera del Perú y que, al regresar, necesitaban un lugar para pasar su cuarentena. Luego, para alojar a los trabajadores de aquellas empresas que nunca pararon por desarrollar actividades primordiales, para la vida y la economía, como la alimentación, la salud, la minería, la industria, etcétera. Hoy, que se nos ha permitido operar y acoger a otros huéspedes, hemos apuntado al público local, esos que buscan escapar de la rutina, en pareja, en familia, y buscan comodidad, calidez y calidad”.
¿Y cuáles son sus otras bondades más allá de su ubicación? “Ponemos énfasis en los detalles. Somos meticulosos, brindamos un gran servicio y buscamos la armonía. Somos amables, elegantes y apostamos por la máxima calidad. Y hoy, en plena pandemia, somos muy rigurosos con los protocolos de bioseguridad. Usamos tecnología de avanzada para asegurar la sanidad de nuestras instalaciones, la salud de nuestros trabajadores y, sobre todo, de quienes acogemos. Cada huésped satisfecho es una meta alcanzada”.
- INSUMO Y SALADERO: COCINA CREATIVA
El AC es un hotel que, además de habitaciones bien montadas con todas las comodidades que un cinco estrellas puede brindar (gimnasio incluido), tiene dos restaurantes que ofrecen una gastronomía de muy alta calidad. Se llaman Insumo y Saladero, y su chef corporativo es Rafael Piqueras, uno de nuestros más importantes y reconocidos cocineros.
Insumo se ubica en el Piso 18 del edificio. Si ya desde los otros pisos del hotel el paisaje que ofrece el mar es majestuoso, imagine su imponencia desde uno de los puntos más altos de la ciudad. Ahora, avizore ver nacer el día allí, mientras desayuna; luego, vislumbre el goce de un almuerzo gozoso mientras el calor del mediodía lo acoge o, más tarde, sienta el éxtasis de la belleza mientras ve, copa en mano, caer la luz sol y sumergirse a nuestra estrella rojiza, volcánica, ardiente, en el océano. Sobrecójase.
Todo eso ofrece Insumo, un “restaurante de cocina de autor”, según señala Víctor Álvarez del Villar, su chef ejecutivo. Si bien Rafael Piqueras es el chef corporativo de la cadena hotelera, Álvarez está a cargo de la operación en el día a día y, en cuanto a la creación de los platos, trabajan codo a codo.
Álvarez es un cocinero que ha desarrollado toda su carrera en hoteles. De familia norteña (su madre es de Trujillo; su padre de Paita), se formó en casa viendo cómo su madre preparaba los menús para los vecinos del barrio y, más tarde, en la USIL, donde conoció a Rafael López, profesor que lo llevó a trabajar con él, primero, al Hotel Sonesta; luego, al Belmond y, más tarde, al JW Marriott. “Después me fui a trabajar al Libertador de San Isidro y, al poco tiempo, me nombraron chef del Tambo del Inka, en el Valle Sagrado. He cocinado en España, en Panamá, en Estados Unidos. Hace dos años, la cadena me convocó para abrir el Aloft, otro de sus nuevos hoteles en Miraflores y, al poco tiempo, también me encargaron la cocina del AC Marriott. Hoy dirijo ambos espacios, cocinas con conceptos y logística diferente, pero que potencian mi creatividad”.
Insumo, como su nombre lo indica, es un restaurante que pone en un altar al ingrediente y su calidad. Sin un buen producto no es posible una gran cocina. Por eso, sus conchas vienen de Paracas; sus verduras, de Pachacamac; sus tubérculos, de Ayacucho. Trazabilidad le llaman.
Insumo luce con orgullo sus “juguetes” culinarios: además del fuego sagrado, cocinas de inducción y zonas de frío, tiene un multifuncional horno Josper y un Kamado, la parrilla de origen japonesa que hoy está de moda. Desde estos artilugios técnicos salen unas deliciosas conchas a la brasa con mantequilla y cítricos, unos langostinos al ajillo, un salmón con alcaparras y vino blanco, una entraña con papas nativas, un muy peruano sudado de pescado y muchos buenos platos más.
Sí, como la cadena tiene alma ibérica, su “cocina de autor” le hace guiños al mediterráneo y, cómo no si mira al Pacífico, al Perú: su mar, sus Andes y hasta su Amazonía. También hay pizzas, tradicionales y traviesas (con trufa, jamón ibérico y demás menjunjes), hamburguesas sustanciosas, emparedados para glotones y ensaladas para mantenernos saludables.
Saladero es el restaurante del AC especializado en cocina peruana. Álvarez, que se considera un cocinero “todista” pues, curioso como es, no solo sabe de cocina peruana y española, sino también de sazones italianas, japonesas, chinas y hasta postres, dice que en la gastronomía criolla se siente en su elemento. “Es un viaje al pasado, a la cocina de mi madre, a sus menús. Mi arroz con pollo, mi seco con frejoles, mi ají de gallina y demás se inspiran en mi niñez”.
Saladero ha sido y es muy importante para el AC: durante los días de cuarentena y, aún hoy, les permitió, gracias al servicio de delivery, mantener en acción a su equipo de cocina, evitar el desempleo y, sobre todo, estar cerca de los comensales locales, esos que buscan comida con alma casera y de extrema de calidad.
“También tenemos el AC Lounge, donde servimos croquetas, tortillas españolas, gazpachos y demás tapas ibéricas. En el bar, la estrella era el gin, pues la cadena nació en España. Todos estos conceptos me permiten mantenerme vivo, creativo y alejarme de la rutina”, agrega Álvarez del Villar.
Tiene razón. Pocas veces uno se siente más vivo que disfrutando todos los placeres posibles admirando la belleza del Pacífico, ese que baña a esta Lima que nos cobija y nos resulta entrañable gracias a su mar.
DATOS
Instagram: @aclimamiraflores
Insumo: @insumo.lima
Saladero: @saladero.lima
Informes y reservas: www.aclimamiraflores.com