Un buen escritor peruano, famoso por sus cuentos y novelas y su condición de bebedor oceánico, afirmaba que el vino blanco no era vino, y, por ello, era común verlo feliz en la cebichería del maestro Javier Wong tomando, sin hacerse problemas, un Cabernet Sauvignon con harta madera de Burdeos o un Tempranillo Gran Reserva de Rioja mientras comía su cebichazo de lenguado.

Felizmente, nosotros pensamos distinto. Primero, porque a diferencia de él, creemos que los blancos sí son vinos, y que los hay estupendos, y segundo, porque a pesar de que hemos comido cebiches con vino tinto, las mejores armonías las hemos encontrado con blancos alemanes y portugueses… y, claro, con una cerveza.

También creemos que la mayoría de platos tradicionales peruanos, sobre todo aquellos con alma marina, que son mayoría, sobre todo en la Costa, armonizan mejor con vinos blancos. ¿Un cebiche? Con vino blanco. ¿Un tiradito? Con vino blanco. ¿Un chupe? Con vino blanco. ¿Un sudado? Con vino blanco. ¿Un pescadito frito? Con vino blanco. ¿Un chaufa? Con un rosado… pero esa es otra historia.

Sin embargo, las estadísticas indican que los peruanos prefieren, como nuestro querido narrador, los tintos sobre los blancos: más del 80% de nuestro consumo va dirigido hacia este tipo de vinos.

Pero las cosas están cambiando. Poco a poco se consumen blancos y rosados y espumosos en nuestro mercado, e ingresan nuevas etiquetas y nuevas bodegas y nuevos países productores. Quizás, hoy tenemos más vino del que podemos consumir, pero siempre será preferible la abundancia a la escasez, siempre será mejor tener posibilidades de elección que el monopolio del sabor.

Po ello, en este proceso de crecimiento de nuestro mercado y de ampliación de nuestro horizonte gustativo y enológico, es una buena noticia que se organice el evento “Rueda y el verdejo”, cuyo objetivo es difundir las bondades de esta cepa blanca llegada desde Rueda, una zona geográfica ubicada en la región de Castilla y León, España.


RUEDA Y EL VERDEJO

Quien organiza el evento es Melina Bertocchi, periodista especializada en vino. Melina nos habla de esta cepa. “El verdejo es la variedad que representa a la Denominación de Origen Rueda (DO Rueda) en España y el mundo. Sus principales características son frescura, intensidad y equilibrio. Si bien hay verdejos en otras zonas de España (Rioja, por ejemplo), y el mundo (Argentina, por citar un país), lo que hace único a los verdejo de Rueda es el suelo. El suelo de Rueda es mayoritariamente cascajoso: está formado por piedras redondas como canto rodado de diferentes colores. Esto permite un mejor drenaje, una mayor penetración del agua y raíces más profundas. Además, la mayoría de los viñedos del lugar son antiguos, con una media de edad de 50 años. Recorriendo la zona visité algunos incluso centenarios que siguen produciendo. Rueda, además de buenos vinos tiene historia”.

Luego, nos da una clase de historia: “Rueda, la Denominación de Origen que rige la producción de verdejo, fue la primera que se estableció en la Comunidad Autónoma de Castilla y León: 1980. Comprende un total de 13.517 hectáreas. La ciudad principal y más representativa dentro del territorio es Valladolid. Hay un total de 66 bodegas registradas bajo las normas de la DO Rueda y distribuidas en 19 municipios. De ellas, 16 serán mostradas en el evento que mañana martes organizamos en Lima”.

Las bodegas participantes son Álvarez y Diez, Mocen, Burdigala (Hermanos Lurton), Cuatro Rayas, Hijos de Alberto, GarciArévalo, Reina de Castilla, Shaya, Verdeal e Yllera, Castelo de Medina, Avelino Vegas, Teodoro Recio, Finca Montepedroso, Diez Siglos de Verdejo y Palacio de Bornos, todas aún no presentes en el mercado peruano. Además de ellas estarán las tradicionales Marqués de Cáceres y Protos.

VERDEJO A LA PERUANA

Bertocchi también piensa como nosotros en cuanto a la armonía de nuestros platos marinos con los vinos blancos: “La gastronomía peruana también encuentra un punto de unión con el verdejo. Nuestros productos marinos como las conchas, las almejas, y platos como el cebiche y tiradito y hasta un meloso arroz con pato o un tiradito nikkei van bien con esta cepa”.

Para comprobarlo, reunimos a Melina con el cocinero Israel Laura, quien para la ocasión preparó un tiradito del nonno Luigi y unas conchas ibéricas.

El tiradito es de bonito cortado en dados. Laura baña al pescado con una salsa que lleva aceite de olivo, limón, ajo, pimienta negra y sal. Lo acompaña con arúgula y unas láminas de grana padano, el famoso queso italiano.

Las conchas ibéricas son selladas con fuego alto y luego cubiertas con un picadillo que lleva jamón ibérico, tocino, láminas de ajo, hojas de perejil y aceite de olivo. Es un plato complejo, con la dulzura propia de las conchas frescas.

El tiradito fue “armonizado” (a Melina no le gusta la palabra “maridaje”) con dos verdejo: un 2016 de la bodega Marqués de Cáceres, y un 2014 de Marqués de Riscal. Aunque cocinero y periodista coincidieron en que con ambos vinos el plato armonizaba, encontraron en las notas salinas y minerales del Marqués del Riscal un mejor acompañamiento para los cítricos y el queso del tiradito.

Para las conchas ibéricas, Bertocchi eligió un Protos Verdejo también del 2014. “Al tener las conchas ingredientes potentes como el jamón ibérico y el tocino, la armonía es posible con el Protos por el paso por madera que tiene el vino”. Puestos sobre la mesa, vino y plato convivieron felices.

DATO

► “Rueda y el verdejo” se realizará este martes 30 de mayo, desde las 7:30 p.m., en el restaurante Terra Cuina (Bolognesi 506, Miraflores). Además de la degustación de vinos se prepararán, para armonizarlos, tapas de alma española, una buena paella hispánica y algunas travesuras peruanas. No falte.